Cuatro formas de saborear una fruta

Cuando el sol lanza los últimos rayos del verano las higueras se llenan de fruto y cargan sus ramas de este apreciado producto. El higo malagueño se puede encontrar en muchas variedades –secos, pajeros, pan de higo- y ha conseguido hacerse un sabroso hueco en la gastronomía española gracias a productos enteramente made in Málaga. El higo, como fruto, aparece en las higueras entre finales de agosto y principios de septiembre. Este árbol tiene la peculiaridad de que es muy resistente y se adapta a todos los tipos de suelo, aunque es especialmente común en toda la zona mediterránea.

El higo malagueño, tradicionalmente, ha sido el de la variedad verdejo, caracterizado por su color oscuro, carne de color rojizo y piel muy fina. El higo verdejo suele tener un crecimiento más tardío que los demás. La higuera es un árbol que produce más fruto del que se consume, de ahí que el recetario español haya experimentado con el higo para aprovechar los sobrantes y generar nuevos sabores. Además, es un fruto que se pone en mal estado si no se consume rápido. En Málaga son famosos los higos secos, los higos pajeros y el pan de higo malagueño.

Otros derivados

El higo seco es un fruto que, como su propio nombre indica, se ha dejado secar. En ocasiones el proceso se hace de forma natural dejando al sol los higos que han caído al suelo desde las ramas, aunque también es frecuente que los frutos se recolecten al caer y se expongan al sol para dejarlos secar. La provincia de Málaga reúne las condiciones ideales para la producción de este fruto seco, ya que para su elaboración el higo ha de exponerse al sol y a altas temperaturas de forma ininterrumpida. Los higos pajeros son tradicionales en Málaga y muy similares al higo seco. En este caso la principal diferencia es que el higo pajero malagueño tiene la piel más suave y un sabor mucho más dulce. También son diferentes en cuanto a tamaño: generalmente son de tamaño medio o más pequeños que el resto de higos secos. Pan de higo malagueño Los campesinos malagueños adoptaron la tradición árabe de fabricar pan de higo con la producción sobrante de las higueras. Este producto se compone de una masa compacta formada exclusivamente de higos (no incluye harina, trigo ni otros ingredientes empleados para fabricar el pan) y a veces va acompañado de otros frutos secos o fruta escarchada. Aunque se puede encontrar en toda la provincia, es particularmente conocido el pan de higo de Coín.

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El higo es una fruta que se caracteriza por su alto aporte energético. Cuando se diseca y se convierte en higo seco las propiedades se multiplican: el higo seco tiene más calcio, más calorías y más hidratos de carbono que el higo fresco. El higo seco se ha convertido en un producto habitual en la dieta de deportistas y en un producto natural muy consumido por los excursionistas en sustitución de las barritas energéticas, gracias a que es un fruto seco se mantiene bien conservado en cualquier situación.

El higo fresco es un fruto difícil de conservar en buenas condiciones antes de que se ponga en mal estado. Por ello, una de las mejores soluciones es la de convertir esta fruta fresca en grandes masas de pan de higo para conservar el producto en buen estado durante todo el año. El pan de higo de Málaga se caracteriza por ofrecer un alto aporte de energía, así que era un producto muy consumido por los campesinos malagueños para hacer frente a las largas jornadas de trabajo en el campo.

El higo es una fruta fresca muy consumida en los meses de verano a mediodía, en forma de postre o de merienda. Su sabor también se ha extendido a otras formas de consumo como yogures, batidos, helado o licores. Los higos secos, en cambio, se suelen emplear en la gastronomía como acompañante de carnes, frutas y postre, aunque también se pueden consumir de forma independiente. Por su parte, el pan de higo es un producto habitual durante todo el año, aunque especialmente consumido en los meses de Navidad.