Alpujarreños, entre jamones y la tienda gourmet
Patas de jamones, quesos, salchichones y aceites conviven en perfecta armonía con tarros de miel, botes de pimientos asados a la leña, carne de membrillo, tortas artesanas y algún que otro manjar. Uno de los que más llama la atención de los clientes es la mermelada de gin tonic, que está teniendo mucho éxito. En Alpujarreños la mezcla de olores impregna el mandil de los seis trabajadores de este establecimiento situado en pleno corazón de Torre del Mar. Este pequeño negocio ahonda en el concepto de tienda gourmet con una apuesta firme por productos artesanales.
En octubre de 1993, Miguel Ángel Valderrama Robles decidió montar su propia empresa junto a su mujer Mari Carmen Asís Gallardo en un pequeño local situado cerca de la parroquia de San Andrés Apóstol. Pero a los pocos años se trasladaron hasta la avenida de Andalucía, donde actualmente cuentan con una fiel clientela gracias al buen servicio y a la calidad de sus productos, la mayoría de ellos con el sello de Sabor a Málaga.
Desde cualquier barrio de la capital malagueña, así como de pueblos de la Axarquía, son muchos los que peregrinan hacia Alpujarreños para disfrutar de la diversa oferta culinaria con alimentos muy selectos y exquisitos. El turismo representa ya una gran parte de sus visitantes y son muchos los extranjeros, sobre todo, franceses y alemanes, que no sólo buscan el ‘pescaíto frito’ y que en lugar de llevarse de recuerdo una figura típica de Torre del Mar, cargan sus maletas de productos locales antes de regresar a sus países.
En sus inicios esta empresa se dedicaba a la venta de jamones, quesos y embutidos, pero desde hace unos años se ha especializado en productos de más calidad y gourmet, con la incorporación de alimentos y conservas más exclusivas, de pequeños productores de la provincia de Málaga. Aunque mantienen la esencia para no renunciar a su pasado, y es el jamón a lo que mejor da salida.
Trabajan con ibéricos de Huelva y con jamones de Trevélez, curados naturalmente con sal marina sin conservantes ni nitrificantes, que a los 20 meses de curación hace aflorar su aroma y sabor suave y ligero. Los jamones se venden enteros o cortados siempre a cuchillo, nada de máquinas, y también en sobres al vacío de un cuarto de kilo para su mayor conservación. En cuanto a quesos, están los elaborados con leche de cabra, semicurados (envueltos de tomillo, de romero o de pimentón), tiernos, curados y de leche cruda de las marcas ‘Los Montes de Málaga’ y ‘La Cañada del Capitán’.
Entre sus productos más demandados está la variedad de aceite de oliva virgen extra que se produce en la comarca de la Axarquía procedentes de Periana (zumo de aceituna verdial de olivos centenarios), de Riogordo (una mezcla de aceituna verdial, hojiblanca, manzanilla y picual), de Cómpeta (aceituna nevadilla), de Arenas (verdial, lechín y picual) y de Los Romanes (predomina la variedad verdial de Vélez-Málaga). Entre sus estanterías cuenta con una gran gama de vinos tinto, dulce, blanco y rosado de bodegas malagueñas como Jorge Ordóñez, Bentomiz o Dimobe. Así como cervezas artesanales de la provincia, entre las que se encuentran Murex (fabricada en Torre del Mar), La Cabra Azul (hecha en Comares) y Sol de Málaga.
La tienda Alpujarreños se ha readaptado con productos autóctonos como la brandada de bacalao, el ajobacalao y el ajoblanco en formato concentrado para untar a modo de paté. El mango deshidratado, los mantecados de Antequera, tortas de Ardales, tortas de Algarrobo, chocolate artesano y bombones de castañas con vainilla de ‘La Molienda Verde’, pasas e higos (también en tortas y cubiertos de chocolate) de ‘La Borgeña’, así como la miel de caña de Frigiliana y la miel pura de abejas de Cómpeta, y mermeladas de pasas, de mango, de gin tonic, de vino tinto y de vino Pedro Ximénez, son algunos de sus más de 450 artículos.