Una provincia de rica y diversa repostería

Málaga es provincia de sabores azucarados. Es tierra de rica y diversa repostería. De gusto por dulces con tradición elaborados a base de recetas únicas y propias. Cada región y sus diferentes municipios esconden productos únicos que se han popularizado por todo el país. La torta malagueña es uno de los productos del que más variedades pueden disfrutarse. Desde las tortas de Algarrobo hasta las tortas de Vélez, cada una propia de una localidad y con un sabor y aspecto diferente. Tanto las tortas de Algarrobo, como la torta de Vélez, unidas a las tortas Ramos se engloban dentro de las conocidas como tortas de aceite malagueñas, dulces crujientes elaborados a con una base de aceite de oliva. En Cómpeta, enclavada en plena Axarquía, también se pueden disfrutar de todas estas variedades de deliciosos dulces.

Las tortas de Algarrobo tienen el aspecto de galletas de gran tamaño y un sabor acaramelado, mientras que las tortas Ramos son finas y de un tamaño ligeramente superior. Por su parte, las tortas de Vélez-Málaga son más grandes y suelen llevar una capa almendras que las recubre por arriba. Las tortas locas de Málaga Las locas son otra de las variedades de tortas de Málaga. Peculiares. Grandes. Sabrosas. Se componen de dos capas de hojaldre, una arriba y otra abajo. En su interior llevan crema pastelera y, sobre la superficie, un recubrimiento a base de glaseado de yema de huevo y una guinda. Una delicia para los sentidos que, literalmente, volverá tu paladar loco al probar un bocado.

Otros dulces de Málaga

En Málaga, cada período del año va acompañado de unos dulces de estación. En Semana Santa es habitual el consumo de roscos, borrachuelos, pestiños y torrijas. En cambio, los mantecados y los polvorones son tradición durante los meses de Navidad. La localidad de Antequera es uno de los centros de producción más importante de este dulce en nuestro país.

El turrón de Málaga es otro de los dulces que va ligado a la Navidad. Las principales confiterías de la provincia están innovando con este dulce y proponen nuevos sabores basados en las sinergias de sabores con diferentes productos de la comarca. En cambio, hay otros dulces que pueden disfrutarse durante todo el año como los roscos de vino (rosquillas de aspecto blanquecino hechas con vino y recubiertas de azúcar glas), los bollos de aceite malagueños (de forma redonda, cuadrada o triangular, pero siempre con una textura esponjosa), el pan de higo o los peritos de Ronda.

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El turrón se ha hecho un hueco entre las principales confiterías de Málaga, aunque generalmente no ha sido un dulce tradicional a la hora de fabricarse en nuestra provincia. Sin embargo, el turrón malagueño se ha caracterizado por la aparición de nuevos sabores en los últimos años. Por ejemplo, es posible degustar el turrón de torta de Algarrobo o el turrón de mango de la Axarquía, sabores exclusivos que hasta el momento solo se pueden disfrutar en nuestra provincia.

Algunos dulces como las tortas de Algarrobo, las tortas de Vélez, las tortas locas, los roscos de vino, el pan de higo o los peritos de Ronda son productos puramente ‘made in Málaga’. Su elaboración se basa en recetas creadas y heredadas por generaciones y generaciones de reposteros. La mayoría de ellos se han ganado fama nacional y son demandados por visitantes que acuden a Málaga deseosos de disfrutar el producto local. Otros, como las tortas de aceite, cada vez son más habituales en países del otro lado del charco.

La Semana Santa es una fecha en la que afloran numerosos dulces propios de esta festividad. Durante los períodos de ayuno y abstinencia estaba permitido comer determinados tipos de dulces que estuvieran elaborados con productos como huevos, leche o harina. Muchos trabajadores que tenían que afrontar largas e intensas jornadas de empleo consumían estos productos como aporte energético para afrontar con fuerza el resto del día.